No lo pensé ni un minuto y saqué mi billete.
Mi plataforma era la 9 3/4, pero el taquillero me dijo que o creía mucho en la magia, o jamás conseguiría subir al tren. Así que cogí carrerilla y me lancé al andén pensando: "Hacia Hogwarts".
Y allí llegué.
A los muggles no se nos permite hacer magia con la varita ni lanzar hechizos, pero sí que se nos deja comprar algunas pociones o líquidos mágicos para poder realizar pequeños trucos de magia. Por supuesto, siempre bajo el más riguroso secreto y solo ante personas en las que confíes.
Así que me traje un pequeño bote con un líquido muy parecido al aceite. Pero cuidado, no lo es, lo han hecho tan parecido para que los muggles no creyentes en la magia no se den cuenta de que es mágico y crean que en realidad es aceite. Y ¿para qué sirve? Pues según el uso que quieras darle tiene muchas propiedades, solo tienes que pensar con fuerza en lo que quieres conseguir. Siempre para algo benéfico, claro está, no puedes hacer daño a la gente con él.
A mí se me ha ocurrido intentar atravesar un globo inflado con una brocheta de madera. Hay que mojar la punta de la brocheta para que no dañe el globo. Al principio los niños estaban un poco distraídos y no creían que lo conseguiría pero... cuando todos nos hemos concentrado y hemos pensado en que todo es posible... ¡Magia Potagia!